Melodía inspirada por la vibración de mil colores radiantes en medio de un torbellino envolvente que da vida en un lugar de duelo, por ser la expiación el marginal de lo inseparable.

Nuestra república tiene un sinfín de maravillas esparcidas por todo su territorio, conocerlas es sumamente atractivo para el buscador de nuevas experiencias. Nada más agradable que esbozar admiración por las cosas bellas de la naturaleza; sin duda es imprescindible en nuestras vidas encontrarnos con las maravillas arquitectónicas que manos orfebres, ebanistas, carpinteros, albañiles, operarios y por supuesto la dirección de un grupo de excelentes constructores, realizada al amparo de una temática incognoscible para el vulgo, estamos hablado del majestuoso templo Expiatorio del Corazón de Jesús en la ciudad de León Guanajuato.

Lugar que atesora los recuerdos más vívidos de una historia llena de memorias dolorosas, mismas que vertieron la sangre de miles de hombres buenos que investidos del amor por lo que creen suyo por derecho propio, sufrieron los arteros ataques de un gobierno investido de poder y arrojo en contra de estos hombres creyentes, de una fe que hace falta para determinar la honrosa sensación de ser de estas tierras tan amadas, tierras que hace más de quinientos años fueron la cuna de la ciudad cosmopolita que hoy se yergue victoriosa.

La guerra cristera marcó las mentes de estos hombres fundidos en el ideal a una virgen. La Señora de la Luz, quien hizo a estos hombres débiles unos valientes llenos de ardor por defender su inspiración en base a sus creencias. En el año de 1921 se inician los trabajos de construcción de este hermoso templo. Fue el padre Bernardo Chávez Palacios quien concibió esta fabulosa empresa, que además está construida en un concepto poco visto en las órdenes clericales, siendo una remembranza de la arquitectura de Inglaterra como la Catedral de Notre Dame, con un estilo Neogótico, dándole un realce a las enormes columnas rematadas en hermosos arcos que solidifican monumentales toroides formados con cristales de colores, que refulgentes dan un matiz extraordinario. Al plasmar la vista en el interior se refleja la presencia multicolor de una nueva expresión de realismo que da vida a lo inimaginable como si con esto se bifurcará la luz radiante de las almas sumergidas en la terrible noche de la ausencia que es la muerte.

En su frente se aprecia un toroide de bordes perfectamente labrados en cantera rosa, mismos que permiten entender la evolución de la vida en un nuevo espacio. Este hermoso templo tiene grabados en las puertas de sus enormes zaguanes los pasajes de la crucifixión de Cristo, junto al letargo de su muerte mientras su madre afligida llora a los pies de su amado hijo. Todo cuanto ocurre en este recito está deificado a todo lo relacionado con lo escatológico de la necromancia, asunto interesante que infiere en las mentes de los creyentes de formas muy ambiguas, partiendo de la regeneración divina, olvidando así que es el principio de los principios, el eterno movimiento del toroide envolviendo la energía hasta convertirla en impulsos generativos de nuevas expresiones de vida más no de reencarnación. De una forma subliminal en este grandioso lugar se encuentran las catacumbas con pasillos retorcidos siendo casi dos millares de criptas esparcidas en las entrañas de la iglesia, su construcción tardó noventa años descontando los tres años de guerras fratricidas en contra del gobierno, pero el amor de estas gentes superó el miedo a perder lo único que tenían… la vida, para con esto dar forma a tan grandiosa obra monumental que se yergue victoriosa en medio de una ciudad pujante, pareciendo que son en verdad lo movimientos del toroide los que unifican las plegarias que diariamente se vierten en este lugar y con ello se purifican las almas que rondan por estos sitios. Visitar León es un acierto por sus derroches culinarios y sus preciadas prendas de vestir de piel, convirtiendo a este mágico lugar en un pretexto para visitarlo; al llegar a estas tierras es menester de buen cristiano pasar por el frente de este romántico lugar y embelesarse de su hermosura, siendo un deleite a los ojos de quienes lo ven, pero más hermosos y lleno de beneplácito es entrar y observar la grandeza de este edificio que guarda tantos recuerdos de historia que nunca se borrarán.

Continuará…

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